Carta de un Hijo a sus Padres

Carta de un hijo a todos los padres del mundo


No me deis todo lo que os pido, a veces sólo pido para ver hasta cuánto podré tomar. No me gritéis, os respeto menos cuando me gritan. Me enseñan a gritar a mí también, y yo no quisiera gritar.
No me deis siempre órdenes y más órdenes, si a veces me pidieran las cosas yo lo haría más rápido y con más gusto. Cumplir vuestras promesas, buenas o malas.

Si me prometéis  un premio, quiero recibirlo y también si es un castigo.
 No me comparéis con nadie, (especialmente con mi hermano), si me presentáis como mejor que los demás alguien va a sufrir y peor, seré yo quien sufra.

No cambiéis de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer, decidiros y mantener esa decisión. Dejar valerme por mí mismo. Si hacéis todo por mí, nunca podré aprender. Corregirme con ternura.
No digáis  mentiras delante de  mío ni me pidáis que las diga por vosotros, aunque sea para sacaros de un apuro. Está mal. Me hace sentir mal y pierdo la fe en lo que decís...

Cuando hago algo malo no me exijas que te diga el "porqué lo hice" a veces ni yo mismo lo sé. Si alguna vez te equivocas en algo, admítelo; así se robustece la opinión que tengo de ti y me enseñara a admitir mis propias equivocaciones.

Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que veo que tratas a tus amigos, ser familia no significa que no podamos ser también amigos. No me pidas que haga una cosa y tú  no la haces, yo aprenderé a hacer todo lo que tú haces aunque no me lo digas; pero difícilmente haré lo que dices y no haces.

Cuando os cuente un problema mío, aunque os parezca muy pequeño, no me digáis "no tenemos tiempo ahora, para esas tonterías"; tratar de comprenderme, necesito que me ayudéis, necesito de vosotros.
 Para mí es muy necesario que me queráis y me lo digáis; lo que más me gusta escuchar es cuando dicen: "te queremos".
Abrázame, necesito sentirte muy cerca de mí.
No os olvidéis que yo soy, ni más ni menos que un hijo.